Técnicas correctas para un buen cepillado de dientes

A la hora de que el cepillado sea eficaz es necesario conocer las técnicas correctas que lo hacen más eficiente. De hecho, de poco vale comprar el mejor cepillo de los que vendemos en Foramen, si luego no sabemos limpiarnos los dientes.

Por suerte, hablamos de unas técnicas muy sencillas y que se perfeccionan con el paso de las semanas, convirtiéndonos en maestros en solo unos meses practicándolas.

¿Qué ángulo es el adecuado?

Uno de los fallos más habituales a la hora de cepillarnos los dientes es cómo colocamos el cepillo. Casi siempre apoyamos todas las cerdas sobre los dientes y las encías, lo cual es un error que impide que nos limpiemos bien la boca.

Así, lo que hay que hacer es inclinarlo unos 45 grados (más o menos, no tiene que ser un ángulo perfecto) con respecto a las encías. Eso permite que el cepillo limpie todo el diente, la encía y los espacios interdentales.

Se puede decir que, de esta manera, no hay ni un lugar al que no lleguen las cerdas del cepillo, que es mejor que tenga una dureza media con el fin de no estropear el esmalte ni de hacer daño en la línea de las encías.

¿Cómo se mueve el cepillo?

Los especialistas saben de qué manera hemos de mover el cepillo, obteniendo así el mejor cepillado de dientes posible.

Podemos comenzar con movimientos circulares de pequeña extensión y suaves. A través de ellos vamos a limpiar la superficie exterior de los dientes. Aquí, es crucial no ejecutar movimientos horizontales muy largos, pues las encías se terminarán dañando.

Después toca realizar lo que se conoce como barrido vertical. Este se hace por dentro de los dientes frontales mediante movimientos ascendentes y descendentes.

Las superficies de masticación las limpiamos con movimientos de vaivén suaves. Hay que asegurarse de llegar a todas partes, sin dejar ni un surco ni una fisura por limpiar.

¿En qué consiste la técnica de los cuadrantes?

Un buen cepillado debería durar un mínimo de dos minutos. Por eso, existe esta técnica que divide la boca en cuadrantes a los que se dedica 30 segundos. De hecho, algunos cepillos eléctricos dan avisos cuando pasa ese medio minuto.

Hay dos cuadrantes superiores y dos cuadrantes inferiores. Cada cuadrante, derecho e izquierdo, va del último molar a los dientes frontales.

Con esta división sabemos que, al menos, cepillaremos cada uno de esos cuadrantes durante 30 minutos, lo cual es suficiente con el fin de tener una boca sana.

¿Es necesario limpiar la lengua?

No es raro que nos cepillemos los dientes y tengamos mal aliento. Enseguida nos preguntamos cómo puede ser eso, ya que hemos eliminado todas las bacterias con el cepillado.

La respuesta está en la lengua. Acumula una cantidad de gérmenes enorme y eso hace que contribuya tanto al mal aliento como a la degradación de los dientes.

Al dejar la lengua sin cepillar, las bacterias seguirán en la boca. Es cierto que, en una cantidad menor, pero al fin y al cabo estarán presentes y harán su función.

De ese modo, siempre hay que limpiar la lengua. Venden cepillos especiales, pero con cualquiera de los que tenemos en Foramen la podemos dejar impoluta.

Solo hay que poner un poco de pasta de dientes, sacarla todo lo que podamos y limpiarla desde atrás hacia delante con movimientos muy suaves y sin presionar.

Notaremos que nuestro aliento no huele e incluso que los alimentos nos saben de otra manera, ya que una lengua limpia percibe mejor el gusto.

Consejos adicionales

Para que el cepillado sea óptimo, podemos seguir una serie de consejos que nos van a ayudar a mejorar la técnica.

Usar un temporizador

Si nos liamos con el tiempo que dedicamos al cepillado, una buena idea es poner un temporizador. Todos llevamos uno en el móvil y podemos colocar dos minutos o 30 segundos, lo que nos ayudará a seguir la técnica de los cuadrantes.

¿Es perjudicial el exceso de cepillado?

La higiene de la boca es muy importante, al igual que una buena técnica de cepillado. Ahora bien, el exceso es malo, puesto que lo único que conseguimos es desgastarnos el esmalte dental y la retracción de las encías.

Nunca hay que hacerlo más de tres veces al día como norma general. Un día, por ejemplo, si comemos dulces entre horas es posible cepillarse una o dos veces más, pero eso nunca se debe convertir en una costumbre.

Tan malo es el defecto como el exceso y obsesionarnos con la salud bucal no conduce a nada, solo a perjudicar a nuestros dientes.

De hecho, si un día nos es imposible lavarnos los dientes después de comer, no ocurre nada. Vamos a tener la posibilidad de recurrir a los chicles sin azúcar, a modo de solución de emergencia, para reducir la placa y cepillarnos cuando tengamos la ocasión.

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